Oscar Tenreiro / 3 de Abril 2008
1) Hace años un dictador decide eliminar el aeropuerto de La Carlota para construir allí la “Villa Olímpica” de unos Juegos de los cuales sería sede Venezuela. El hoy Parque del Este sería sede de la Feria Internacional de Caracas. Jorge Olavarría (1933-2005), era Comisario. Tuve en mis manos un enorme plano hecho en la oficina de Tomás Sanabria con muchos edificios alineados en impresionantes perspectivas. Cuarenta años después el ex-dictador en España todavía habla de esa idea y del despropósito de dejar allí un aeropuerto.
2) En los años sesenta, se realiza una “parada aérea”. Uno de los aviones se estrella en Las Mercedes y cunde la alarma general: el aeropuerto debe ser eliminado. Se moviliza el Aeroclub Caracas: se queda el aeropuerto.
3) Se regula el tamaño de los aviones. Se crea el Aeropuerto Caracas en Charallave y hacia allí se mudan los livianos. Se promueve la tesis de que La Carlota es básica para emergencias. Que los helicópteros no son suficientes, que se necesita la pista para aviones de mayor tamaño.
4) Esa tesis se maneja cuando al comienzo de los años noventa, iniciando su segundo período CAP, vuelve a surgir la preocupación ciudadana por La Carlota. Se producen argumentos defensivos e incluso fatuos en torno a la idea de dejar el aeropuerto. Se habla de estudios que no se hacen. Triunfa el Aeroclub y sus amigos, se queda el Aeropuerto. CAP es “presionable”.
5) Se abre una etapa de propuestas para La Carlota en las universidades (1995). Se producen trabajos de interés que nos enseñan mucho. Puede quedarse el helipuerto (y la Fuerza Aérea, incluso), puede haber conexiones viales Norte Sur sin alterar la continuidad espacial Este-Oeste. Predomina el Parque activo y pasivo, pero con sedes institucionales culturales o recreativas y actividad urbana en sus bordes. Y puede ser una operación auto-sostenible económicamente. Dejar la pista de aterrizaje (que técnicamente es lo mismo que dejar el aeropuerto) es un obstáculo para cualquier aprovechamiento racional del área. Eran tiempos de la Cuarta, pero se han seguido proponiendo esquemas de uso durante la Quinta.
6) La Línea Cuatro del Metro no contempla una estación en el centro-norte de La Carlota, discuto privadamente el asunto con un directivo del Instituto de Urbanismo y me dice que “los militares” se oponen y que el Metro etc. etc. Eran tiempos de la cuarta y los militares eran una caja negra. Ahora son una caja roja. Y la omisión no se corrige (¡ni aún hoy!).
7) El deslave de Vargas. La Carlota sirve para transporte de heridos y damnificados en aviones pequeños. No aterriza ningún avión grande. No hizo falta. Se derrumba la tesis de la pista para emergencias. Con helicópteros y buena coordinación hubiese bastado.
8) Nuestro actual Caudillo toma una esperada decisión: eliminar el aeropuerto. Decide incluso algo de mayor importancia: que la sede de la Fuerza Aérea se traslade a Maracay. Esto último no se cumple, pero sí lo primero. El arquitecto Fruto Vivas hace unos dibujos rápidos y propone lagunas, toninas y cultivos; cede a la presión e improvisa. Retorna la discusión. Voceros del Aeroclub dicen Parque al Norte, aeropuerto al Sur. No parece una propuesta seria. Dejar la llamada pista de emergencia, insisto, es dejar el aeropuerto.
9) Surge la idea de la Alcaldía Mayor de hacer viviendas en los campos de golf del Country Club. El Alcalde de Chacao encomienda unos “dibujos rápidos” y dice que se deben hacer miles de viviendas en La Carlota. Supongo que Leopoldo López sabe hoy que cometió un error. Pero no se ha retractado públicamente de él.
10) Un importante sector de la burocracia oficial pretende desarrollar “un pedazo” de La Carlota. Arranca una etapa de alarma general.
11) Se pronuncia sobre el tema, públicamente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología a través de su Viceministro, el arquitecto Luis Marcano. quien da a entender que las viviendas no deben hacerse. Pero los trabajos siguen y el Ministerio de la Vivienda calla.
12) Última hora: El régimen, ayer, suspende los trabajos para las viviendas. Ya se sabía que se deseaba contratar a una empresa de la Facultad de Arquitectura para hacer un Plan Maestro. La parte negativa del asunto: la Directora de la Escuela de Arquitectura, amiga del régimen, designa sin concurso de credenciales interno a un arquitecto “revolucionario” para que con colaboradores mayoritariamente “amigos” se hagan cargo del Plan Maestro contratado. Es un equipo profesional incompleto. De los directivos del Instituto de Urbanismo se espera una posición. También del Decano. La parte positiva: por fin se impone la idea de un Plan Maestro meditado y consultado. El Ministro Sesto se pronuncia. El sabe, me consta, cuales son las posibilidades de La Carlota. Tal vez hay allí, si se asume una responsabilidad profesional, una oportunidad para seguir un camino lógico.
Concluyo:
Lo que ha ido ocurriendo aquí retrata la crisis de la “intelligentsia” criolla. En tiempos de la Cuarta se ha debido imponer con toda su fuerza la necesidad de cerrar el aeropuerto. Eso nunca ocurrió gracias a la mediatización que siempre ha caracterizado al sector profesional venezolano. Es para mí claro que en la insistencia en dejar la pista “para emergencias” lo que hay es el residuo indeseable de esa mediatización. Por otra parte, el que haya habido profesionales que defiendan la vivienda es consecuencia del hábito nuestro de no aprender de las experiencias y las tradiciones urbanas que nosotros mismos hemos establecido.
Rechazo la idea de que un equipo profesional mediano escogido por conveniencias políticas sea autor del Plan Maestro más importante de la ciudad, pero celebro que niveles altos del oficialismo promuevan una discusión amplia. Hay alguna luz que se debe aprovechar.
Desde aquí me limito a pedirle con ingenuidad a los actores principales un mínimo de transparencia y de responsabilidad en lo sucesivo. Y al estamento político, a la ciudadanía (que no son sólo “los vecinos”, por cierto) una actitud de vigilancia despierta.
Y pronunciamientos más claros, más serios, más meditados, a los pre-candidatos a Alcaldes.