Oscar Tenreiro / (Publicado en el diario TalCual de Caracas el 22 de Marzo de 2014)
Alguna vez llegué a pensar, reconozco que fue hace demasiado tiempo, en mis veintipocos, que Chile también era mi país, o siendo más exacto, que era un lugar del mundo donde no sólo me sentía como en mi casa sino que su historia, su gente, sus cosas y algunos de sus lugares me llegaron a ser entrañables y asociados a cosas muy importantes que poblaban de imágenes mi vida interior de entonces. Seguía con mucha atención la política chilena y a pesar de que salí de allá cuando aún gobernaba Jorge Alessandri, en 1961, lo ocurrido después no me fue ajeno y fue razón para muchas reflexiones vinculadas con lo que aquí pasaba.
Estaba en París en 1973 cuando el golpe contra Allende. Dos o tres días después mi mujer Nubia, mi hijo Oscar Rafael, chileno de nacimiento y yo, nos sumamos a una manifestación callejera bastante numerosa luciendo un botón en la solapa que decía «sauvez le peuple chilien«, sólo eso recuerdo. Y después aquí en Venezuela nos movimos a través de amistades copeyanas para rescatar del Estadio Nacional por medio de Orlando Tovar, Embajador de Venezuela en Chile, al colega Lesmes Castañeda, quien a poco reapareció por aquí.
Con este relato en anecdótica clave personal lo que quiero destacar es que los venezolanos nos movimos para no se violaran los derechos humanos de los chilenos sin hacer ninguna pregunta. Simplemente lo hicimos. Y ahora la tortilla se ha dado vuelta. Ahora se podría decir «…sauvez le peuple venezuelien…«. Se van cerrando los cercos que los duros de este Régimen se empeñan en trazar alrededor de nosotros, comenzando por dar rienda suelta a la violencia de los colectivos armados.
II
Ayer no más -hoy es jueves- regaron de nuevo la muerte en San Cristóbal y hoy entraron a la Facultad de Arquitectura de Caracas, agredieron con salvajismo y vejaron a estudiantes y profesores. Buscan el cierre de la UCV, lo lograron, para argumentar que la única Universidad que queda para el pueblo es la Bolivariana. Pero hay mucho más. Se siguen violando normas constitucionales, se bloquea la información, se manipulan los Poderes y como ejemplo claro de ello, se prepara una vil maniobra para encarcelar a la diputada María Corina Machado. Maniobra impulsada por un corrupto que lo es hasta para los extranjeros revolucionarios; Hans Dieterich lo dejó bien claro hace un año. Se mantiene preso a Leopoldo López, y hoy encarcelaron al Alcalde de San Diego-Valencia. Se amenaza a todos los Alcaldes, se fija «régimen de presentación» a los estudiantes detenidos para amedrentarlos. ¿Todo eso y desde Chile no se pronuncia siquiera una frase solidaria? Porque es de Chile de quien quiero hablar, me lo pide mi historia. La Sra. Bachelet alega que este Régimen nació de elecciones. Sí, pero elecciones sin garantías de equidad, plagadas de abusos en las campañas y en el acto mismo de votación. Ningún demócrata chileno le daría credibilidad a elecciones así en su país. Se pasa por alto, lo dice un chileno como Fernando Mires, que en Venezuela opera un sistema, no un gobierno, que ya es dictatorial y avanza hacia el totalitarismo.
III
¿Pero por qué extrañarse de la conducta de países, si aquí hay indiferencias personales inexplicables?. Voy entonces, luego de pensarlo mucho, a argumentos ad hominem, que según decía mi hermano Jesús, a veces era necesario. El momento lo exige.
En primer lugar le hablo a Francisco de Asís Sesto Novás, quien fue mi socio, amigo, compañero de docencia, hoy identificado con el Régimen y a quien he hecho fuertes críticas profesionales de las cuales no me desdigo. Trabajamos juntos durante veinte años haciendo, no casas para los ricos, como dijo una periodista, sino arquitectura para todos.
Pero le hablo, repito, a la persona, a la cual reconocí bondad y virtudes esenciales. ¿Puede él estar de acuerdo con lo que se prepara contra María Corina Machado? Tal vez la detesta a ella y su discurso, como yo detesto a quien promueve su encarcelamiento, pero no es posible que esté de acuerdo con castigarla con vileza. Ni él ni su gente cercana, en atención a lo que siempre han sido, pueden acompañar al Régimen en eso y en muchas de las cosas que se vienen haciendo. Es el momento de contraponer la ideología y las convicciones morales que deben seguir allí, en la psique personal.
Los hermanos Carlos, Lucas y Alejandro Pou Ruan, todos arquitectos, son hijos de Carlos Pou y Elina Ruan. Al viejo no lo conocí porque murió joven, era muy cercano a mi tío sacerdote Monseñor Pedro Pablo Tenreiro y le hizo trabajos como arquitecto. Su madre era una señora venezolana ejemplar. Ellos han estado asociados al Poder durante estos quince años. Carlos y Lucas fueron mis alumnos, son arquitectos serios, de conocimiento y destrezas, y fueron mis amigos muy cercanos. ¿Comparten que los sectores duros basen su discurso en la mentira? ¿No es posible pedirles que condenen la violencia en el ataque a la Facultad de Arquitectura? Sé que sus convicciones tienen otro signo, su mundo ha sido otro, así como sus esperanzas. Pero les pido que lo hagan saber con valentía.
A Fruto Vivas y a Juan Pedro Posani también podría pedirles lo mismo, pero entre nosotros no ha habido amistad cercana. Me limito a citarlos aquí, porque Fruto, por ejemplo, se pronuncia con libertad cuando lo desea. Ha dicho, me consta, que no era chavista sino que el chavismo era frutista, razón por la cual criticó libremente aspectos de la Misión Vivienda. ¿Dirá algo ahora?
Y lo que espero de él lo espero también de Posani, hombre del intelecto, a quien he criticado fuertemente pero sé que ha sido siempre fiel a sí mismo.
Y traigo aquí en mi auxilio la sabiduría poética de Antonio Machado, a cuya obra me acercó Sesto en tiempos de amistad:
Es más difícil estar a la altura de las circunstancias que «au dessus de la melée«.