ENTRE LO CIERTO Y LO VERDADERO

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Hoy me veo obligado a pedirle excusas a los lectores alejados física y espiritualmente de Venezuela. Escribo sobre cosas muy locales porque dentro de muy poco tiempo, menos de dos semanas, habrá elecciones aquí que van a decidir el futuro de nuestra democracia. Y el asunto no es de poca importancia, los venezolanos de hoy somos herederos de un larguísimo proceso de lucha por las libertades y es eso precisamente lo que está amenazado por un Régimen que ha asumido todos los disfraces para dar la impresión de que es lo que no es. Y es pura y simple dictadura de la más rancia pese a que no utiliza los mismos instrumentos de las dictaduras tradicionales. Es manipulación de todos los poderes, como ha sido hasta ahora, sobre la base de una legitimidad electoral fundada sobre el abuso de ,los recursos del Estado en múltiples formas que se resumen en el uso sin límite alguno de la red de comunicación del país, poniéndola al servicio de un líder que aspira a detentar el Poder como dueño absoluto, apoyado en un partido único al estilo de lo que ocurre desde hace medio siglo en la isla de Cuba.

Para mucha gente de la izquierda tradicional esto no es amenaza sino consolidación de un sistema que suponen justo con las mayorías desposeídas. Pero quienes lo hemos vivido sabemos perfectamente cuanta fantasía hay en esa pretensión, cuanta mentira, cuanto manejo impúdico de lugares comunes. Saber que es así es para nosotros un descubrimiento derivado de la experiencia. Nos descubre en carne propia el enorme peligro que existe cuando la ideología se convierte en código de conducta para quien ejerce el Poder sin limitaciones. Y cree poder manejar todos sus resortes como consecuencia de la mediación de una persona a la que ha ungido como líder indiscutible, como Fùhrer. Pueden darse así todas las distorsiones posibles. La arrogancia se convierte en virtud revolucionaria, la arbitrariedad en necesidad, la ausencia de escrúpulos en norma de conducta. Con lo cual el funcionario ejecutor se transforma en un servidor del Líder, sacrifica, como cito más abajo, su conciencia, entregando a la ideología y al Líder la «soberanía sobre sí mismo».

Por qué eso no es entendido desde fuera del espacio donde nos movemos los que pudiéramos llamar súbditos, es un misterio del alma humana. El observador externo a esa sujeción perversa considera que ella funciona adecuadamente en la medida en que no interfiere con la perspectiva que de ella tiene. Es un mecanismo que llevó en un momento histórico a líderes europeos democráticos a considerar con simpatía el surgimiento del nazismo, a un poeta universal de nuestra lengua como Pablo Neruda a componer una disparatada Oda a Stalin y a pensadores como Jean Paul Sartre, en un momento dado, a considerar altamente satisfactoria a la revolución Cubana. Y a hombres de cultura, intelectuales del más alto nivel como Alejo Carpentier, halagados y adulados por el «príncipe» que todo lo decide, a ser dóciles funcionarios protegidos de las bajezas del Poder en un exilio dorado o una posición de privilegio.

Yo puedo dar testimonio del alcance personal que puede tener una situación como la que se vive en Venezuela. Durante más de veinte años, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela estuve trabajando con colegas profesores y con estudiantes tratando de crear, podríamos decir, una mínima tradición en la actividad docente que sentara las bases para algo así como una comunidad de intereses. Ese era el fundamento ético de mi esfuerzo, la formación de un grupo capaz de compartir algunos puntos de vista en relación al ejercicio de la arquitectura.

Ahora bien, ese esfuerzo estuvo muy marcado desde los tiempos de fundación del Taller Firminy en 1983, como se llamaba la Unidad Docente donde actuábamos, por la convicción de que sólo con la vigencia de una democracia plena en Venezuela sería posible modernizar nuestra escena urbana con una arquitectura de valor cultural. Venezuela es un país en el cual el Estado tiene un enorme peso, y la arquitectura de las instituciones (uso el término de Luis Kahn) es fundamentalmente pública. Desde la década de los sesenta hasta casi fines de siglo pasado el proceso de incorporación de los arquitectos al trabajo público fue convirtiéndose progresivamente en mediocre producto del tráfico de influencias. Veíamos que la única manera de revertir esa tendencia era con la apertura democrática de todos los niveles del Estado hacia el objetivo de que el talento y la capacidad de cada quien fuese el argumento de mayor peso para tener acceso a los encargos. Ese reclamo democrático se hizo siempre parte de nuestro esfuerzo de vinculación entre el mundo docente y la realidad venezolana, hasta el punto de convertirse en mi caso en una suerte de utopía personal.

Y cuando gentes muy cercanas, compañeros de docencia pero también ex-estudiantes que se habían convertido en parte de esa «comunidad de intereses» se sumaron a un proceso político autoritario atraídos de un modo u otro por el acceso expedito a niveles de Poder, fue como si se disolviera el componente ético que nos había mantenido unidos. Casi todo fue desmantelado gracias al nuevo curso de los acontecimientos: la Unidad Docente, la dinámica de nuestras relaciones profesionales, la amistad incluso. La renuncia a la crítica sacrificando los principios éticos en nombre de una ideología que encubre modos de proceder inaceptables, destruyó lo que parecía sólido e inspirado en valores superiores. La «comunidad de intereses» se esfumó, ahuyentada por los viejos fantasmas del Poder caudillista venezolano y latinoamericano.

Y decidí escribir el texto que sigue porque no todo el que está «en la acera de enfrente» se ubicó allí por las razones equivocadas Muchos lo hicieron por haber sido llamados a causa de su conocimiento profesional, lo cual siempre seduce. Otros porque no tenían otras opciones de trabajo y luchan por sobrevivir. No pocos por ceder a la tentación de construir en un contexto en el cual casi todo depende del Poder Público. Son gentes que de buena fe han entregado su lealtad a cambio de una figura cada vez más borrosa e irreconocible de transformación.

He decidido dirigirme a ellos intentando demostrarles que la transformación en nuestro espacio disciplinar no puede prescindir de las realizaciones concretas. Y esas realizaciones resultan imposibles cuando conservar el Poder en nombre del espejismo revolucionario es lo único que realmente importa.

A LOS COLEGAS DE LA ACERA DE ENFRENTE
Oscar Tenreiro / (Publicado en la edición de TalCual del 30 de Septiembre de 2012)

Una de las virtudes de la democracia, obstaculizada por sus imperfecciones, es el estímulo a la crítica. En tiempos anteriores, el silencio de los arquitectos como lo caracterizó una vez Jesús Tenreiro (1936-2007) era impuesto por la atmósfera política que existía. Se veía con desconfianza a quien tuviese un perfil político incómodo, y se le trataba de situar en la acera de enfrente. Se acentuaba así el rasgo más característico de esta profesión, el que prescribe no enemistarse con el príncipe; de allí el silencio. Pero si entonces la exclusión por incomodidad política era un rasgo discrecional, hoy se ha convertido en política de Estado, en mandato ideológico. Lo cual ha producido, paradójicamente, una mayor disposición a la crítica. Se perfila una actitud más autónoma frente al Poder, rasgo indispensable en una mejor democracia.

Ese asomarse de una virtud relegada me ayuda a interpelar a los colegas cuyas simpatías han estado del lado oficialista motivados por razones más nobles que la de estar cerca del Poder. Es a gente así a quienes les pido ejercer la soberanía sobre sí mismos para que se sitúen frente al panorama de la acción pública en estos últimos catorce años en el ámbito de la arquitectura y la ciudad.

Y antes de hacerlo hago notar que había razones para esperar que con el cambio político tomase forma una propuesta de incorporación del talento disponible a la tarea de mejorar el nivel cualitativo de la arquitectura institucional. Establecer desde el Poder Central, por ejemplo, el sistema de Concursos o de selección por credenciales como posible modelo para las administraciones regionales y locales. Reforzar con legislación el papel regulador de las asociaciones gremiales. Nada de eso se hizo y más bien se intensificó el viejo tráfico de influencias. Que si en algunos casos acertó en la selección, en muchos otros ha legitimado el encargo por simple amistad, sujeción política o ambigüedad oportunista. También se generalizó el anonimato: se ignora el nombre de los arquitectos porque los favorecidos lo cultivan para continuar medrando en la amistad y la influencia.

II
Pero vayamos a temas concretos.
1) La única señal respecto a una política urbana nacional es que se han seguido elaborando planes de ordenamiento en distintas regiones del país. Pero nada se ha dicho sobre los imprescindibles programas de financiamiento a Proyectos Urbanos locales asociados.

2) El rescate del Estado Vargas luego de la catástrofe natural de Diciembre de 1999, abrió expectativas de reconstrucción hoy fallidas. Las obras hidráulicas siguen incompletas, se han hecho muy pobres intervenciones arquitectónicas en las nuevas áreas de playa creadas por los sedimentos, la vialidad se ha construido a retazos y se edifican viviendas desperdigadas en los terrenos disponibles sin vínculo a proyecto urbano alguno, hasta llegar a la criminal apropiación de los terrenos del aeropuerto para uno de esos conjuntos. En resumen, en ese espacio tan importante para la capital la situación es lamentable.

3) Se abandonó el plan de rescate de las áreas marginales del país que comenzaron desde el Conavi los colegas Josefina Baldó y Federico Villanueva. Nunca se supo la razón.

4) Los hospitales siguen escasos de recursos y servicios. Hace ya algunos años se abrió el Cardiológico Infantil de Caracas, proyecto del Arq. Carlos Pou, de un buen nivel de calidad. El excelente edificio del Arq. Roberto Puchetti, ganado en uno de los escasísimos concursos (¿fueron 4 o 5 en catorce años?) construido en la Ciudad Universitaria hace 3 años para el Instituto de Higiene sigue sin equiparse…y se inaugura en él hace poco una Planta de Vacunas que no puede funcionar.
Se dice que hay catorce hospitales en construcción entre los cuales se acaba de inaugurar el de Zaraza que aún no tiene personal, tal como ocurrió con el Pérez de León de Caracas. ¿Donde están los otros doce?.
Los ranchos-módulos de Barrio Adentro, amenazan ruina. Se salvan los Centros de Diagnóstico Integral, de buen nivel de servicio pero en edificios anónimos, muchos improvisados.

5) El programa de las Aldeas Universitarias se abandonó y se han hecho proyectos de sedes universitarias casi todos engavetados. No se puede citar una escuela que sirva de ejemplo de lo que el Régimen aspira en el campo educativo, solo proyectos-tipo rutinarios. La mayor parte de las escuelas nacionales funcionan en inaceptables niveles de precariedad.

6) Se habló de construir nuevas cárceles. Se construyó una y todas presentan altísimos niveles de hacinamiento. Se mencionaron hace cinco años contratos con empresas españolas, que habrán naufragado en la maraña administrativa. Cuando hay motines se anuncian planes de acción inmediata. Y la crisis carcelaria sigue activa y noticiosa.

7) La arquitectura institucional se ha ignorado. No se ha construido o ayudado a financiar construcciones de nueva planta como parte de una política de estímulo. Ni una sola plaza, o parque, o biblioteca o Museo. Se habla de proyectos pero, o se archivaron o son edificios incompletos. Conocemos sólo el Museo de Arquitectura en Caracas, un alarde de escasez de presupuesto y estrechez de miras.

8) En Caracas se construyó una obra, el Mausoleo del Libertador, mientras el Palacio de Justicia sigue abandonado y la Galería de Arte Nacional a medio hacer. Se proyectó en secreto y se construye como zona de seguridad. Allí quedará, costoso, monumental y fuera de sitio, cualquiera que sea su valor cultural y su aporte a la ciudad (¿?).

9) En cuanto al aprovechamiento de los terrenos de La Carlota, asunto de tanta importancia, se siguió el mismo curso: anuncios efectistas seguidos de indefiniciones. Se hace un Plan Maestro hecho en secreto y se empieza a construir un puente…¡se empieza por el final para poder dar un contrato! Ahora se lanza un concurso extemporáneo.

10) Se anunció la ciudad socialista de Ciudad Caribia, que sigue incompleta en cinco años, más de lo que tomó hacer Brasilia. Es un desastre ambiental y un ghetto de altísimo costo.

11) El Tuy, recurso esencial de Caracas, luce su vialidad destruida, no tiene un servicio de transporte público decente, tributario de un ferrocarril que funciona por debajo de su capacidad. Se lo llena de conjuntos aislados entre sí, parte de la Misión Vivienda, que ignoran los centros urbanos existentes generando a la vez una enorme presión por servicios que no se anuncian.

12) El Metro de Caracas se deteriora a manos de la imprevisión gerencial. No se sabe cuando se terminará la Línea 5. La que va a Guarenas se terminaría en diez años al ritmo actual. Del muy costoso Metrocable de La Charneca se quedaron en suspenso los trabajos que lo complementan; y se culminan apresuradamente dos estaciones de un total de cinco en el de Petare. ¿Cómo se insertan estas iniciativas en un plan global para Caracas?

III
-¿Cuanto dinero se ha destinado a la Misión Vivienda? ¿Cómo se ha administrado la asignación de contratos? ¿Cuanto cuestan las confiscaciones-expropiaciones? El aparente mejoramiento de los acabados en las intervenciones urbanas en Caracas es de aplaudir ¿pero hay estudios serios sobre el monto subsidiado?

– A los edificios que se construyen en el tejido urbano de Caracas, la Alcaldía de Libertador los eximió del respeto a las ordenanzas vigentes. Donde se exige estacionamientos se construye sin ellos. Se irrespetan retiros, densidades, áreas de construcción, de ubicación. Si el argumento es que las Ordenanzas no servían, el cual puede aceptarse ¿por qué entonces no derogarlas y sustituirlas por otras? ¿Cómo es que simplemente se ignoran?

-Uno se queda sin palabras ante lo que se construye en las márgenes de la Ave. Bolívar: es tan absurdo, tan improvisado ¡Agrede de tal modo a una de las zonas más importantes de la ciudad!

– Los contratos de corte político con iraníes, bielorrusos y chinos que son parte de esa Misión no han aportado, como se ha dicho, nuevos conocimientos técnicos. Se han subcontratado aquí y en la mayor parte de los casos usan simples variantes del sistema túnel, vaciados masivos de concreto, bien conocidos en Venezuela.
– Esa Misión, en resumen, es una caja negra gigante plagada de vicios. ¿Se presenta en la Bienal de Venecia para limpiarle la cara y calmar conciencias?

IV
Y concluyo. La lógica de las permanentes discontinuidades a lo largo de los años, drenando energías y recursos, ha residido en que los planes se usan sobre todo como emblemas políticos. Se anuncian para lograr la adhesión que garantizaría la permanencia en el Poder. Poco importa no concluirlos o prolongarlos indefinidamente, habrá otro plan para sustituirlo siguiendo un ciclo perverso posible para un petroestado manirroto al que no le duele el despilfarro. Ese modo de proceder engendra los peores vicios. La poca importancia que tiene el que los proyectos no se concluyan es un poderosísimo estímulo para la corrupción en todos los niveles, hecho que es el más grande escándalo moral de estos años.

Una persona de buena fe, ese colega con razones superiores al que me dirijo, no puede tolerar la continuación de semejante absurdo. Por eso le propongo que ejerza la soberanía sobre sí mismo, más allá de las razones ideológicas, y actúe para cambiar. Manteniendo siempre el espíritu crítico, imprescindible para el perfeccionamiento de la democracia.