ENTRE LO CIERTO Y LO VERDADERO

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Regreso a lo que motivó esta entrada y las dos anteriores: el libro Miracles in ConcreteStructural Engineer August Komendant publicado por el Museo de Arquitectura de Estonia con la curaduría de Carl-Dag Lige y distribuido por la Editorial Alemana Birkhäuser (2022).

Y lo hago para referirme a la recensión sobre el libro hecha por Robert McCarter, arquitecto y profesor de la Graduate School of Architecture and Urban Design, del College of Architecture de la Washington University de Saint Louis Missouri quien también desde 1998 hasta 2007 fue profesor de arquitectura en la Universidad de Florida.

Conocí a McCarter hace casi cuarenta años, a través de Kenneth Frampton, cuando ambos eran profesores en Columbia University y McCarter actuaba como apoyo de Frampton. Le perdí la pista hasta que poco después de la publicación del libro Todo Llega al Mar, a mediados de 2019, recibí un correo suyo donde me pedía los datos para comprarlo, petición a la cual no pude responder porque no me había organizado para distribuirlo fuera de Venezuela. Pero no hace mucho, tal vez dos meses, volví a saber de él y su deseo de adquirirlo. Me escribía poco después de haber estado en New York con Frampton, a quien visitaba –son amigos cercanos– a raíz de la intención de este, ahora a sus 92 años, de mudarse definitivamente a Londres. Así que respondí –ya me era posible– a los deseos de Mc Carter; y con el intercambio de correos supe más de él de lo que ya sabía. Entre otras cosas conocí más sobre su particular prestigio como pensador crítico e historiador de la arquitectura, ganado en gran parte por la veintena de libros que ha publicado, entre los cuales uno sobre Luis Kahn en 2005 que ha contribuido a resolver algunas omisiones de publicaciones anteriores y profundizado en el conocimiento del legado del último maestro.

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Carl-Dag Lige en la ceremonia de los Premios Anuales para publicaciones de Museos (2022- Tallinn-Estonia). Miracles… obtuvo el premio.

Miracles…me había sido enviado hace unos tres meses desde Estonia por Carl-Dag Lige y aún no lo había examinado y leído con atención. Ahora la recensión –McCarter me autorizó a publicarla aquí– me hizo retornar a él. Y de inmediato se me hizo claro que su positiva apreciación del libro se apoya en el conocimiento profundo –no sentimental– de la obra y circunstancias de Kahn, lo cual ayuda a dejar atrás la actitud sacralizante tan común entre los admiradores del último maestro. Puede así acercarse de modo desprejuiciado a la figura de Komendant y a su particular papel de participante activo y esencial en la construcción de edificios que se engrandecen con el tiempo.

McCarter la escribió para el Journal of the Society of Architectural Historians. Revela en ella una visión de la arquitectura en términos de construcción que, si bien es explicable porque se trata de un libro sobre un ingeniero, pienso que surge de un deseo de ir al edificio sin rodeos retóricos, de comprometerse con la arquitectura –tocarla– distanciándose de la tentación de filosofar. Es Crítica –o Historia– de la arquitectura en el sentido que la entiendo y sobre lo cual he escrito muchas veces. Un modo de apreciar que, por ejemplo, le ayuda a entender mejor un asunto central de la personalidad de Komendant: su compromiso con el resultado arquitectónico. Compromiso que era un modo de ver su ejercicio, su ministerio podría decirse si se atiende a su mística; punto de vista que lo despertó y desarrolló un ir juntos que fue tomando forma a partir de sus primeros  contactos con su compatriota[1]y amigo. Amistad profunda que precisamente por serlo les daba la libertad de expresar las diferencias y los desencuentros. Libertad que los llevó a un drástico rompimiento que dejó huella dolorosa en ambos hasta que lo recompuso lo mismo que la inició: la producción de arquitectura. Esta vez la planta industrial de la Olivetti de 1967.

Los «hongos» de la planta de la Olivetti durante la construcción (1970), Página 258 del libro.

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En la recensión hay una parte, hacia el final, donde McCarter comenta lo que llama la propensión de Komendant de trabajar con arquitectos jóvenes cuyos diseños a menudo no se caracterizaban por el enfoque de la estructura más conservador propio de las firmas establecidas… y se refiere unas líneas después a los trabajos en los cuales tuve el privilegio de participar.

No puedo negar que los puntos de vista que expone me emocionaron: han pasado cuarenta años desde que esos proyectos tomaron forma. Varios de ellos fueron afectados por esos virus tan venezolanos –y humanos– que son la mezquindad y el oportunismo; y otros, como la Plaza Bicentenario y el Teatro del Oeste, fueron construidos de modo errático, con pausas y cambios de dirección propios de las incoherencias del Estado venezolano. La Plaza ha sido tratada con desconsideración alimentada de la ignorancia militar que rodea a lo más alto de nuestro Poder Ejecutivo, y el Teatro es ejemplo del abandono y la indiferencia respecto al patrimonio de una sociedad que es incapaz de establecer acuerdos para preservarlo y mantenerlo vivo.

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Robert McCarter es autor de más de una veintena de libros.

 

MIRACLES IN CONCRETE: Ingeniero Estructural August Komendant

Carl-Dag Lige, Editor, Museo de Arquitectura de Estonia -Basilea: Birkhäuser Verlag, 2022, 432 pag./ Ilustraciones, tapa dura. ISBN 978-3-0356-2512-7

Robert McCarter

 Miracles in Concrete, publicado junto con la exposición de 2020 del mismo nombre en el Museo de Arquitectura de Estonia, es la primera presentación completa del trabajo del ingeniero estructural August Komendant (1906-1992). Durante los más de cincuenta años de carrera de Komendant, que van desde la década de 1930 hasta la década de 1980, diseñó unos 200 proyectos, los más significativos de los cuales se presentan en este libro, ampliamente ilustrado con fotografías y dibujos de los archivos de Komendant, la mayoría inéditos. Como ingeniero en ejercicio, el trabajo de Komendant involucró casi exclusivamente estructuras de concreto armado, y fue uno de los primeros exponentes y los principales expertos en concreto prefabricado, pretensado y postensado, como se evidencia en su libro de 1952, Estructuras de Concreto Pretensado, uno de los primeros libros sobre este método de construcción entonces emergente[2]. Además de su práctica de ingeniería, Komendant participó como ingeniero consultor con fabricantes de concreto prefabricado y pretensado en los EE. UU. y Puerto Rico, papel en el cual fue esencial en la generalización del uso del concreto prefabricado en la práctica arquitectónica contemporánea.

Komendant es ampliamente conocido por sus colaboraciones con el arquitecto Louis Kahn, que comenzaron en 1957 y continuaron hasta la muerte de Kahn en 1974, incluyendo unos catorce proyectos, la mitad de los cuales se realizaron, todos ellos considerados entre los diseños más importantes de Kahn. Komendant recordó sus experiencias de trabajo con Kahn en su libro de 1975, 18 Años con el Arquitecto Louis I. Kahn, (18 Years with Architect Louis I, Kahn)un esclarecedor (aunque no siempre exacto) registro de la relación laboral de dos figuras destacadas en sus respectivas profesiones[3]. La importancia para la carrera de Kahn de estas colaboraciones con Komendant se refleja en el hecho de que los materiales presentados en este libro provienen de la Colección Louis I. Kahn, de la cual son hoy parte los 150 dibujos y las 1264 páginas de cálculos de Komendant; y de la Colección August E. Komendant, ambas integradas a los Archivos Arquitectónicos de la Universidad de Pensilvania[4].

Las siete obras construidas durante la extremadamente fructífera colaboración de Kahn y Komendant se consideran obras maestras de Kahn, además de ser obras canónicas de la arquitectura moderna, comenzando con el Edificio de Investigación Médica Richards de la Universidad de Pensilvania (1957-65), continuando con el Instituto Salk para Estudios Biológicos (1959-65), y culminando en el Museo de Arte Kimbell (1966-72). Si bien estos tres edificios han recibido con justicia la mayor atención, la importancia de Komendant para la carrera de Kahn se extiende mucho más allá de ellos, ya que a menudo fue el ingeniero de los edificios en los que Kahn dio forma construida por primera vez a sus principios fundamentales de orden. Estos incluirían el edificio de la Compañía Editorial Tribune Review (1958-62), la Primera Iglesia Unitaria (1959-69) y la Fábrica Olivetti-Underwood (1966-70). En todos estos proyectos, la contribución de Komendant a la concepción y construcción de la estructura de luces libres permitió a Kahn realizar su visión de la arquitectura. Según la cual la estructura se expresa –un principio compartido por Komendant y Kahn– el espacio es concebido en el corte, y el ambiente habitable está caracterizado por la forma de su techo.

También fue importante para el desarrollo de Kahn como arquitecto la participación de Komendant en una serie de proyectos no construidos en los que Kahn logró avances en nuevas interpretaciones del espacio, la estructura y los materiales, que pudo realizar en obras posteriores. Como el Centro Comunitario Judío de Trenton (1957-58), el primer compromiso de Kahn con concreto prefabricado pretensado; el Edificio de Química de la Universidad de Virginia (1960-63), en el cual utilizó directamente las vigas de láminas plegadas perdidasque Komendant había desarrollado para el primer proyecto de los Laboratorios del Instituto Salk (algunos dibujos de Komendant para el Salk de la Colección Louis I Kahn están en los planos de este proyecto de la Universidad de Virginia); el edificio de oficinas de Kansas City (1967-74), que proponía una estructura de tracción de la cual se colgaban los pisos, construyéndose el edificio de arriba hacia abajo; y el Palazzo dei Congressi, Venecia, Italia (1968-74), donde la sala de congresos estaba suspendida por un sistema estructural con una luz de 116 metros.

Si bien los trabajos de Komendant realizados con Kahn son los más célebres, Miracles in Concrete también presenta otras colaboraciones críticas de Komendant con arquitectos, sobre todo su trabajo con el joven arquitecto israelí-canadiense Moshe Safdie, a quien Komendant conoció cuando Safdie trabajaba en la oficina de Kahn en 1962. Después de recibir el encargo de una parte de la Exposición Universal de Montreal a la edad de veintiséis años, Safdie invitó a Komendant a trabajar con él, y el resultado de su colaboración fue el todavía asombroso Habitat ’67 en Montreal, Canadá (1964-1967), en el cual 354 apartamentos cúbicos de concreto prefabricado y pretensado, postensados después de ser elevados hasta su lugar por una grúa, están dispuestos con arreglo a una interpretación moderna de una ciudad de montaña italiana, ubicada en el paseo marítimo urbano. Habitat ’67 ejemplifica la propensión de Komendant a trabajar con arquitectos más jóvenes, cuyos diseños a menudo no se caracterizaban por el enfoque de la estructura más conservador propio de las firmas establecidas, y destaca una de sus fortalezas más importantes como ingeniero: Komendant era un constructor con amplios conocimientos prácticos sobre el comportamiento del concreto armado, su material predilecto.

Una de las contribuciones más importantes de Miracles in Concretea nuestra comprensión de la carrera de Komendant, y su importancia para el surgimiento de una nueva generación de arquitectos que trabajan con el concreto, es la documentación de los seis proyectos notables en los que Komendant colaboró con el joven arquitecto venezolano Oscar Tenreiro, así como la primera publicación en inglés de la única entrevista en profundidad conocida con Komendant, realizada por Tenreiro en 1985. Como señala en su propia entrevista en el libro, Tenreiro conoció a Komendant en 1976, cuando a sus 37 años, invitó a Komendant, de 61 años, a colaborar en el Terminal de Autobuses (y Mercancías) de Caracas (1976-77). Tenreiro y Komendant continuaron colaborando en el edificio de apartamentos K-System (1977-78), una elaboración del sistema de construcción de pisos suspendidos que Kahn y Komendant habían propuesto para el edificio de oficinas de Kansas City; la Galería de Arte Nacional (1980-86), el Teatro del Oeste -Teatro de Danza (1982-83), la Plaza Bicentenario y la Ampliación del Palacio Presidencial (1982-87), y la entrada, junto con sus estudiantes de la Universidad de Kentucky, para el Concurso de Diseño de la General Motors de la Fábrica del Siglo XXI[5],en 1987. Si bien debido a cambios en la política y situación económica de Venezuela, los diseños del Teatro de la Danza y la Plaza Bicentenario se realizaron solo en parte, y los otros cuatro proyectos quedaron sin construir, la Galería de Arte Nacional marca un punto culminante en la colaboración fluida y simétrica entre arquitectos e ingenieros. Basado en la planta característica de la tipología de construcción del patio tradicional, y en la sección inspirándose en el Kimbell de Kahn y las vigas de concreto plegadas perdidas[6]del Instituto Salk de Kahn, los cuatro patios de la Galería de Arte Nacional están formados por bandas dobles de galerías cubiertas por bóvedas de concreto de placas plegadas divididas en el centro por tragaluces, que se extienden a lo largo de los patios adyacentes. Este notable diseño, que no se construyó debido a un cambio de circunstancias, de haberse realizado habría estado cerca de igualar la calidad de las obras de Kahn realizadas con Komendant.

Miracles in Concrete cumple la promesa de su título en la sección más grande del libro, que documenta 33 proyectos seleccionados, comenzando con los primeros trabajos de Komendant en su Estonia natal (donde nació cinco años después de Kahn), con 240 páginas de dibujos de arquitectos, dibujos estructurales de Komendant, numerosas fotografías de construcción y de los edificios terminados. En los dibujos de Komendant podemos percibir la combinación de su búsqueda intuitiva de formas estructurales apropiadas y su desarrollo de formas innovadoras de construcción que lo distinguen de los ingenieros típicos y hacen que su trabajo merezca el escrutinio más detallado que este libro hace posible. La sección del libro que documenta las obras seleccionadas se complementa con la biografía de Komendant, con extensas ilustraciones y una lista exhaustiva de sus obras completas. Los textos incluidos en el libro, aunque son pocos en comparación con la documentación de los proyectos, están algo mezclados, siendo las contribuciones más importantes el prefacio de Kenneth Frampton, que se centra en la relación Komendant-Kahn, la introducción del editor del libro, Carl -Dag Lige, que hace un breve repaso de la carrera, y la entrevista de 1985 a Komendant por Tenreiro. También hay dos ensayos de Komendant, el primero de 1972 sobre diseño estructural y el segundo de 1986 sobre la relación arquitecto-ingeniero, que se centra en su relación a veces polémica con Kahn y repite declaraciones hechas en sus 18 años con el arquitecto Luis I. Kahn, un libro escrito después de la muerte de Kahn.

Miracles in Concrete se ve comprometida por la aceptación y repetición literal en los textos de las afirmaciones de autoría de Komendant de una serie de conceptos centrales de los proyectos de Kahn, las cuales se muestran en las entrevistas, en los ensayos y en su libro. Solo si el lector se toma el tiempo de buscar en las notas a pie de página, encontrará que algunas de las afirmaciones de Komendant, no son verificables o son simplemente falsas. Si bien él fue a menudo bastante crítico con Kahn, Komendant también dijo que los diseños iniciales de Kahn casi siempre eran exactamente correctos para ser realizados. Curiosamente, las únicas declaraciones de Kahn incluidas en el libro, dos breves notas, son uniformemente positivas y alaban la capacidad de Komendant para encontrar la forma adecuada para la estructura de concreto. Una sugerencia de la naturaleza matizada de la relación constructivamente crítica entre Komendant y Kahn se puede encontrar en un boceto estructural temprano para el Palazzo dei Congressi, realizado por Kahn en consulta con Komendant. Debajo de un boceto del plano y la sección del edificio del congreso suspendido en forma de puente, Kahn escribió, en letras grandes: Nos gusta esto; y en letras pequeñas debajo: (por el momento)[7].

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Adjunto a continuación unos  mosaicos con imágenes de algunos de los proyectos nuestros que contaron con la consultoría de  Komendant, ilustrados en  Miracles... Incluyen páginas del libro.

El Terminal de Autobuses y Mercancías de Caracas (1976)

 

Plaza Bicentenario (1982-1984).

 

Sistema K. Edificio de viviendas para la Isla de Margarita (1978). El dibujo con el número 2 es del arq. chileno Vladimir Pereda Feliú quien trabajaba en nuestra oficina.

Este proyecto para «La fábrica de automóviles del siglo 21» fue hecho dirigiendo mi curso de estudiantes del College of Architecture de la Universidad de Kentucky (1987). Recibió una Mención Honorífica. Komendant estuvo en estrecho contacto con el proceso.

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Concluyo esta serie de reflexiones que a propósito de Komendant se proyectan hacia la relación Arquitecto-Ingeniero, con tres citas de interés, todas de Miracles…

La primera de ellas está en el libro publicado por Komendant en 1975 sobre su relación con Luis Kahn, que ya he mencionado varias veces y fue incluida por Kenneth Frampton en su prefacio (pág. 15) de Miracles... Revela un aspecto poco común entre ingenieros estructurales: su conocimiento –amplio y de primera mano– de las clases de cemento y agregados que se emplean en los diferentes tipos de concreto para mejorar su apariencia y su comportamiento frente a las condiciones ambientales y las necesidades de la obra.  Relata la visita de Kahn junto con un grupo de estudiantes de la Universidad de Pensilvania a una planta de concreto pretensado y prefabricado que era asesorada por Komendant; y resulta particularmente relevante porque ocurrió en la fase previa al proyecto y construcción de las Torres Médicas, edificio que hizo a Luis Kahn conocido en todo el mundo:

«…Les di todo tipo de explicaciones comenzando con la mezcla de concreto, los agregados y el tipo de cemento. En el laboratorio de pruebas de esa pequeña planta se sorprendieron de cuan diferentes eran las calidades del cemento. Solo dos tipos de cemento de los treinta y uno que se sometieron a pruebas, resultaron adecuados para el concreto arquitectónico. Pensaban que todos los cementos eran iguales, y descubrieron que no era así y que se requieren pruebas exhaustivas para determinar la idoneidad del cemento y evitar la corrosión de las superficies expuestas a condiciones climáticas severas. Además, la vibración para la colocación del hormigón y el pos-tratamiento suscitó muchas preguntas. Kahn, de la vieja escuela, al principio no podía entender que la calidad del concreto mejora considerablemente después de la vibración con vibradores de superficie de alta frecuencia unas dos o tres horas después del vaciado. Pensaba que el concreto no podía removerse una hora después de su colocación; por lo que era comprensible que tuviera dudas sobre los resultados. Después de observar la cantidad de agua que salía a la superficie durante el pos-tratamiento y cómo ya no se producían retracciones superficiales ni fisuras capilares como antes, y luego de ver además que los ensayos de compresión realizados con las muestras no tratadas y pos-tratadas arrojaban resultados de un 20 y un 30 por ciento de mayor resistencia a favor de estas últimas, Kahn entendió completamente su significado.»

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La segunda cita es un comentario del Arquitecto Moshe Safdie durante una conversación con Carl-Dag Lige (pág. 62) el cual toca el principio técnico de la Elasticidad Controlada, clave para el comportamiento de las estructuras postensadas, el cual mencioné en la anterior entrada de este Blog –Recuento 3– cuando me referí a la Plaza Bicentenario, Komendant y los ingenieros venezolanos.

…Pero volviendo a August Komendant de manera más general, en su opinión, ¿cuáles son sus principales logros como ingeniero estructural? ¿Qué hace que su trabajo siga siendo relevante hoy en día?

«A través de la experiencia y la intuición, Komendant pudo diseñar un edificio (Safdie se refiere a Habitat 67) espacialmente, con todas las piezas trabajando juntas, mucho antes de que la programación informática hiciera de esto algo común… Pensaba en construir espacialmente… Así llegamos a un concepto donde las cajas (de Habitat 67]) soportan carga, que las calles.[8]soportan las fuerzas laterales y algunas verticales, todo postensado y con almohadillas de neopreno para que las distintas partes de la estructura se puedan mover. La gran disputa con el Comité Estructural[9]  fue que no había juntas de dilatación en el edificio; más bien, todo estaba trabajando en conjunto de forma incremental. Con el concreto esto es especialmente impresionante. El concreto es más difícil que el acero en términos de análisis y comprensión de cómo actúan en él los esfuerzos. Todavía voy a Hábitat y me asombra que él haya podido resolver todo eso. Y el edificio todavía está en condiciones razonables cincuenta años después. Incluso ha resistido un fuerte terremoto. Komendant tenía un tipo de poder intuitivo asombroso. He trabajado con grandes ingenieros desde entonces, todos con sus propios estilos únicos, incluidos Peter Rice en Arup y otros ingenieros talentosos en Arup y en el Buró Happold [10]… »

Van algunas imágenes de Habitat ’67; la primera tomada de Internet, las otras tres de Miracles... durante la construcción. Aún hoy, el edificio sorprende.

Habitat ’67 hoy (Internet)

Recién terminada la construcción.

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La tercera cita es de un texto escrito por el propio Komendant con el título Relación entre el Ingeniero y el Arquitectoen 1986. Está en la página 37 de Miracles…y loconsidero muy útil como cierre de las reflexiones inspiradas por este libro que me ha ayudado a regresar a experiencias centrales de mi búsqueda de la arquitectura:

«…Los arquitectos usualmente consideran a los ingenieros como una inevitable molestia que perjudica las cualidades arquitectónicas debido a las así llamadasrazones estructurales. En la mente de los arquitectos el ingeniero es un extraño (outsider) en lo que respecta al diseño, y su tarea es solo como la de un matemático que resuelve problemas estructurales mediante un conjunto de ecuaciones impersonales hechas a partir de factores de carga y condiciones límite. Esta actitud predominante de los arquitectos es completamente errónea. La contribución del ingeniero a un diseño unificado contemporáneo no es sólo la de satisfacer necesidades estructurales, sino que sus destrezas, su conocimiento, su comprensión de los sistemas estructurales y de los materiales son, en conjunto, de mucho valor para la arquitectura. Nadie puede argumentar en contra de la simple verdad de que, aún cumpliendo un cierto sistema estructural con sus funciones de carga, hay abrumadoras razones para decir que siempre habrá una solución estructural alterna que aporta al diseño algo que mejora su calidad. Este algo es la diferencia entre un diseño unificado arquitectónico-estructural y un diseño estructural que consiste sólo en análisis de esfuerzos y dimensionamiento de los elementos portantes. En un diseño unificado la estructura es parte integral de la arquitectura: es la arquitectura…»

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[1]Komendant me habló muchas veces de la importancia que tuvo para él que Kahn hubiese nacido en Estonia. Porque Komendant hacía gala de su origen. Para él –es mi impresión– ser ambos de esa región del mundo les permitía una actitud libre y crítica frente a los modos y estilos del mundo estadounidense: tenían un modo similar de ver las cosas. En ese sentido, Kahn era un compañero de ruta. Este tema de las coincidencias que podríamos calificar de espirituales a partir del lugar donde nacimos, propone muchas reflexiones.

[2]August Komendant, Prestressed Concrete Structures(New York: Mc Graw-Hill,1952)

[3]August Komendant, 18 years with Architect Louis I. Kahn  (Englewood, NJ: Aloray, 1975

[4]William Wittaker, «Foreword», Miracles in Concrete: Structural Engineer August Komendant, Carl-Dag Lige, editor (Basel: Birkäuser 2022); los dibujos referenciados están en la pág. 291.

[5]Este trabajo mereció una Mención Honorífica. Era un concurso abierto para todas las escuelas de arquitectura de los Estados Unidos.

[6]Se refiere a las vigas de láminas plegadas del primer proyecto del Salk. Que también Kahn usó en los preliminares del edificio de Química de la Univ. de Virginia, proyecto que no continuó y no figura en la primera edición de las Obras Completas de Kahn publicadas por Westview Press en 1967. McCarter corrige esta omisión en su libro sobre Kahn de 2005. (Llamada incluida por mí).

[7]Miracles in Concrete: Structural Engineer August Komendant, Carl-Dag Lige, editor (Basel: Birkäuser 2022); los dibujos referenciados están en la pág. 291

[8]En las fases iniciales de este proyecto Safdie no consideró que las cajas soportaran cargas. Las calles son los pasillos de circulación, cada cuatro pisos,  desde los ascensores hasta los apartamentos. (Llamada incluida por mí)

[9]De Expo 67, la Exposición Internacional para la cual se construyó el edificio.

[10]Empresa de consulting británica fundada por Sir Edmund Happold (1930-1996) que ha proyectado diversas estructuras metálicas espaciales  en el mundo y particularmente en Arabia Saudita. Fueron los responsables técnicos del pabellón de Venezuela en la Feria de Hannover del año 2000, proyecto del arquitecto Fruto Vivas, recientemente fallecido. (Llamada incluida por mí).