Ha pasado más de un año desde que suspendí mi presencia en este espacio. Publiqué el 4 de diciembre de 2021 un comentario con el título Crítica y Militancia, producto de la molestia que me causa la arrogancia de algunos críticosque ejercen en el mundo académico; y después me desaparecí. Pero también hubo otras razones para la suspensión: distintos compromisos me quitaron el tiempo. Uno de ellos, el de mayor importancia, fue la preparación del libro Todo Llega al Mar-Textos, una suerte de segundo volumen de Todo Llega al Mar, este último publicado en abril de 2019 en Valencia, España, presentado en Caracas en septiembre de ese año y financiado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia-España ETSAV, conjuntamente con la Fundación para la Cultura Urbana de Venezuela representada por el economista Herman Sifontes, su fundador.
He advertido que Todo Llega al Mar puede considerarse en realidad una autobiografía arquitectónica; y agrego ahora que Todo Llega al Mar-Textos funciona como su complemento en cuanto a que reúne escritos destinados a la prensa venezolana o a lectores de este Blog, que permiten conocer el tipo de estímulos –culturales, emocionales– que formaron parte del espacio intelectual en el cual me he movido a lo largo de los años, permitiendo intuir algunas de las claves que orientaron mis compromisos como arquitecto. La autobiografía arquitectónica es un relato lineal –cronológico– estructurado a partir de mis respuestas como arquitecto a las sucesivas exigencias a lo largo de seis décadas de vida, respuestas que dependen, se alimentan o simplemente se entienden mejor, como experiencias vitales. Es la arquitectura pensada o en el mejor de los casos construida la que sirve de hilo conductor a la narración, mientras que Todo Llega al Mar-Textos es una recopilación de escritos que quieren expresar un pensamiento más allá de los límites de lo específicamente disciplinar para abrirse hacia un espacio no especializado, el del lector que se interesa por los temas de la cultura.
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Todo Llega al Mar-Textos fue impreso y presentado en Valencia-España a fines del mes de septiembre del año que recién finalizó. Contó igualmente con los auspicios y un financiamiento parcial de ETSAV, al cual se sumó un decisivo aporte de la Fundación Mochima de Caracas representada por su fundadora Sra. Denise Miodownik. Sobre el proceso de su producción vale la pena decir algunas cosas.
Lo primero es que un buen número de los textos que incluye, como ya dije, fueron publicados en la prensa de la capital venezolana. A fines de 1989 se me había convertido en decisión mostrarante la gente en general que los arquitectos podíamos hablar sobre los temas de que nos afectan a todos como habitantes de la ciudad de un modo apartado de cualquier noción de especialización. Que el pensamiento desde y hacia la arquitectura no era asunto para iniciados sino tema accesible al lector común. Abundo sobre ello en la Introducción del libro (pág. 17): quería…escribir…con el propósito de alejarmede esa especie de petulancia en la que se estaban convirtiendo los comentarios y lo que pudiéramos llamar la «ensayística» sobre arquitectura, común en esos tiempos (fines de los ochenta). Tenía la vaga impresión, firme sin embargo en los años que siguieron, de que se estaba regresando a un tipo de academicismo análogo al que el Movimiento Moderno había superado.Se iba relegando al olvido el discurso simple y directo que había sido el arma más eficaz para abrir brechas a comienzos del siglo y se dirigía a todos superando la tentación de la especialización.
¿Cual mejor lugar para mi propósito –por lo accesible– que la prensa escrita? Hacia allí orienté mis esfuerzos corriendo el riesgo de ser visto con desdén desde la Academia. En El Diario de Caracas comencé con una columna y luego dispuse de página completa que publiqué regularmente –con una interrupción– hasta que el rotativo cerró en el año 2000 abriéndose un intermedio de varios años interrumpido en mayo de 2007 cuando comencé a publicar en el diario TalCual. Allí estuve hasta que en noviembre de 2013 TalCual dejó de salir en papel y emigré exclusivamente a este Blog, en la web desde 2009[1], migración que me dio más libertad porque me permitía usar la imagen fotográfica como complemento y en algunos casos como fuente primaria de mis reflexiones. Debía atenerme a ciertas limitaciones características de la prensa escrita, una de ellas la subdivisión del texto en secciones, a veces subtituladas, con un largo total de unos 3700 caracteres. En el libro no sólo se mantiene la subdivisión, sino que la he adoptado en casi todo lo que escribo: divido el texto en partes que en muchos casos pueden leerse de modo independiente, con lo cual evito la carga de palabras que exigen las transiciones entre las ideas. Y si el control del largo del texto inicialmente se me hizo difícil, terminó siendo para mí de una enorme utilidad para evitar el exceso de palabras que lastra –y con frecuencia resta claridad– a la exposición. Hoy puedo decir que fue una de las mejores enseñanzas de mi experiencia periodística.
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La profusión de material hizo difícil la selección, pero fueron apareciendo algunas certezas y ayudó mucho que todo lo publicable se encontraba en el Blog[1]. Las observaciones del colega y gran amigo Enrique Larrañaga fueron muy útiles. Contribuyeron por ejemplo a que superara mis dudas sobre la inclusión de los textos autobiográficos de tiempos de mi infancia[2]. Dudas que también me ayudó a desechar mi hija Victoria, quien corrigió buena parte del libro. Otra decisión importante fue la de excluir los muy numerosos textos vinculados a la situación política venezolana, demasiado regidos por el contexto local y circunstancial. Y se presentó también con claridad la necesidad de incluir el ensayo Sobre la Naturaleza de la Crítica, que escribí tiempo atrás como parte del trabajo de ascenso en el escalafón docente de mi Escuela. Trabajo algo extenso y tal vez difícil de leer, que en cierta manera contradice mis deseos de sencillez, pero clarísimo en cuanto a los fundamentos de mi concepción –apoyada en Wittgenstein– de la crítica de arquitectura. Dos secciones importantes del contenido del libro quedaron pues definidas: las que constituirían la Cuarta y la Sexta partes. Para lo demás, adopté finalmente la modalidad de ir leyendo con arreglo a una sucesión cronológica cada uno de los escritos semanales tanto de las dos etapas del Diario de Caracas (1989-1993 y 1998-2000) como las de TalCual y este Blog, seleccionando aquellos que según la impresión que me dejaba la relectura trataban de temas que no habían perdido el interés inicial o que junto a otros desarrollaban un punto de vista de interés, sumando además unos cuantos vinculados a cuestiones personales significativas, como por ejemplo el accidente que casi me costó la vida, sobre el cual escribo el 2 de febrero de 1992. Se configuró así la estructura final del libro: seis partes diferenciadas, las tres primeras de escritos de prensa, la cuarta discursiva; y dos finales, la que recogía parte de lo publicado en el Blog y la autobiográfica de mi infancia, ambas con mucho apoyo visual.
Los dos libros publicados y la exposición presentada en Valencia, y algo más de un año después, en octubre de 2020 y Septiembre de 2022, en las Escuelas de Arquitectura de Málaga (ETSAM) y Granada (ETSAG), son una indicación de lo definitivo –inesperado, bienvenido, estimulante – que fue para mí el anuncio que hace más de cuatro años hizo el hoy amigo y profesor emérito de la Escuela de Valencia ETSAV, José María Lozano, en un mediodía de marzo de 2018 cuando me invitó a su cátedra. Lo he escrito ya, pero vale la pena repetirlo ahora. Mostré ese día una selección de imágenes representativas de toda mi vida profesional, facilitada por mi muy larga afición a la fotografía. Y antes de retirarnos, al final de mi exposición, el profesor Lozano intervino para comunicar a los estudiantes –y de paso a mi esposa Nubia y a mí– que la ETSAV se comprometía a publicar un libro sobre mi trabajo, noticia que me sorprendió y a la vez inició para mí un tiempo de intensa actividad y sobre todo de muchas sorpresas. Una de ellas fue la realización de una exposición retrospectiva particularmente completa (ver Recomenzando (2) en este Blog) que estuvo abierta en la Sala de Exposiciones de la ETSAV desde el 14 de febrero hasta el 17 de abril de 2019. La otra fue la calidad y alcance del libro que se publicó, atributos que mantiene el nuevo libro. Todo ello en gran medida posible porque el profesor José María Lozano no escatimó esfuerzos para lograr los objetivos propuestos. Él, como persona clave de la ETSAV, sumó a sus múltiples compromisos, los de coordinar e impulsar en forma decidida y resolviendo dificultades, lo que hoy podemos mostrar como logro común. Y como a estas alturas de mi edad me siento llamado a darle valor sin reservas a toda actitud generosa, desprejuiciada y comprometida; no puedo hablar de estas experiencias inéditas para mi, en realidad esfuerzos de comunicación y docencia análogos a los que han marcado muchos momentos de mi vida, sin expresar este reconocimiento.
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Todo Llega al Mar-Textos estará disponible en Venezuela a fines de marzo de 2023, momento en el cual publicaremos en este Blog el o los lugares donde será posible obtenerlo. Quedó en España un número limitado de ejemplares que se enviarán a quien lo desee en el continente europeo y los Estados Unidos con el sólo requisito del pago del envío. En lo que se refiere a la distribución en Venezuela, haremos saber, en este mismo Blog, los lugares en los cuales estará disponible y su costo.
En cuanto a Todo Llega al Mar – Pensamiento y Obra de Oscar Tenreiro, del cual quedaron en España pocos ejemplares, a los costos de envío para el continente europeo y los Estados Unidos deberá sumarse treinta dólares americanos. También rige para España. Los interesados pueden enviar un correo electrónico manifestando su deseo de adquirir cualquiera de los dos libros y su disposición a cumplir los requisitos del envío, a esta dirección:
gcardona@gmail.com
[1]Antes del 2009, el colega gallego Jordi Castro, por iniciativa propia, publicaba mis escritos en la página web del Colegio de Arquitectos de Galicia. Al suspenderse esa página, en 2009, Jordi me ofreció su ayuda para formalizar el Blog (oscartenreiro.com) y empezó a publicar puntualmente mis artículos semanales, incluyendo además los anteriores hasta 2007 como gesto de amistad y sin exigir de mí ningún tipo de compensación. Por su generosa actitud le estaré siempre agradecido.
[2]Todas agrupadas bajo el título Ver la Vida